Otro libro genial del genial Peter H. Reynolds. Un libro que se ha hecho de rogar (lo tenía pedido desde agosto) y cuya espera ha merecido la pena.
Hoy ha aparecido por arte de magia en la estantería de los cuentos de Jaime (primer golpe de efecto) y, cómo no, lo hemos elegido para contar antes de ir a dormir.
La portada le ha encantado (segundo punto a favor)
Lo mejor ha sido la cara de Jaime durante la lectura, le estaba gustando, observaba todo y estaba admirado con la historia (y he de decir que yo también)
El libro cuenta la historia de una niña que no sabe qué dibujar en la clase de arte, su profesora al ver el papel en blanco, la anima a hacer una marca, y Vashti (así se llama la niña) hace un punto de un golpe seco con el lápiz. Ella cree que su profesora, al verlo, la va a reñir, pero... nada más lejos de la realidad, ¡la pide que lo firme! Pasado el tiempo, un día al entrar en clase, Vashti observa que su maestra ¡ha enmarcado su punto! A partir de ahí Vashti comienza a dibujar puntos de todo tipo y... no sería justo que os contara el final.
¿Pero qué tiene de genial este libro? sin duda, el mensaje y la forma de transmitirlo.
¿y cuál es ese mensaje? todos somos grandes y somos capaces de hacer cosas grandes. Confiemos en nosotros mismos y, por supuesto, en los demás.
Este libro me hace reflexionar tanto en lo personal como en lo profesional, ¿por qué en ocasiones somos tan duros con nuestros hijos? debemos ser más positivos y potenciar su autoestima, felicitándoles por su trabajo, su actitud, por esos pequeños logros. En ocasiones, las más diría yo, sólo acertamos a ver lo negativo.
Intentemos ver lo positivo y mejoremos aquello que no nos gusta tanto.
Y por supuesto, confiemos en ellos.
Y PUNTO!

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