Esto fue lo que me pasó hojeando libros en la librería, sin buscarlo, apareció...
Tim Bowley/ Inés Vilpi
La primera impresión fue buenísima, la historia me encantó, pero dudé pues Jaime era aún demasiado pequeño para entenderlo. Después de un rato dándole vueltas me decidí y lo compré ¿desde cuando los libros caducan? ¿tenía prisa por leérselo? (la verdad es que si)
Al cabo del tiempo llegó el día en que pude contárselo a Jaime y ahí fue cuando descubrí el valor de la constancia, la importancia de no rendirse a la primera y de transmitirle esto a mi hijo.
Las ilustraciones son fantásticas y muy coloridas, lo cual contagia gran entusiasmo en su lectura.

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