Es un cuento curioso, podría decir divertido, emocionante... depende de la página en la que estés y las que queden para el final.
Es un cuento que ha gustado tanto a Jaime (4 años) como a Juan y Alonso (2 años)
¿Os habeis parado a pensar lo que siente un niño cuando lo reñimos? ¿lo que pasa por su cabeza? Está claro que el punto de vista adulto difiere considerablemente del de un niño.
De este libro saco dos conclusiones a tener en cuenta y que deberíamos recordar a diario: respira, y si aún así chillas... pide perdón.
Jutta Bauer

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