"Si te piden un escrito, un dibujo o un trabajo y lo entregas arrugado, roto o sucio puede ser por dos motivos, o no valoras el trabajo que haces o te da igual que la persona a la que se lo das piense que no te importa. Por lo que si realmente valoras tu trabajo, repítelo y entrégalo como si fuera lo mejor que has hecho en tu vida"
¿Por qué os cuento esto?
No hace mucho en el colegio de Jaime se realizó una actividad de fomento de la lectura. Era parecido al book crossing, pero adaptada a niños de infantil. Cada niño tenía que llevar un cuento de casa para compartir.
Inicialmente decidí que mi hijo no participara por dos motivos:
el primero fue un malentendido por la redacción de la carta informativa (entendí que habría posibilidad de no recuperar el libro, cosa que no me entra en la cabeza pues si mi hijo pierde, rompe o estropea un cuento ajeno me falta tiempo para reponerlo)
y el segundo, porque escuchando comentarios del resto de familias llegué a la conclusión de que la actividad no podría aportar nada positivo a mi hijo. (comentarios tales como "a ver qué tengo viejo por casa", "iré a los chinos")
Finalmente, después de hablar con la tutora de mi hijo, Jaime participó y llevó su cuento (ni el más feo, ni el más roto, ni el de los chinos) Mauro necesita un abrazo
El primer libro que nos llegó, independientemente de que me gustara o no, indicaba que la familia había tomado en serio la actividad.
El segundo... ¿qué era eso? ¿Un libro roto? no, rotísimo, destrozado.
¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza? ¿de verdad estos son los valores que queremos transmitir a nuestros hijos?
¿tan poco le importan a esa familia sus hijos? ¿tan poco le importa a esa familia la cultura? o... ¿tan poco le importa que pensemos lo poco que les importa?
¿qué le explico yo a mi hijo? ¿cómo explicar algo así sin perder el respeto?
- Jaime, esto es lo que no hay que hacer a los cuentos-
Respeto por la cultura y por nuestros hijos.
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