lunes, 6 de abril de 2015

El monstruo de colores

Empecé tal que un sábado a hacer actividades de prelectura con Jaime. Ese mismo día cogí un bote transparente y recorrimos toda la casa buscando cosas amarillas que meter (qué filón el despacho!), cuando metimos suficientes, pusimos el bote en su habitación y le pregunté qué sentía al mirarlo (le di varias opciones) y respondió -alegría-
Además cenamos tortilla francesa por aquello del color. Al ir a la cama le pregunté por las cosas que le producen alegría, entre ellas cuando los Reyes Magos le trajeron a T-Rex y hacer series con las pinzas de la ropa.
El domingo hicimos la misma actividad, pero esta vez con el color rojo. Su respuesta acerca de sus emociones fue -un poco mal- He de contaros que Jaime realmente se sentía mal, había metido algo que quería sacar del bote y no se lo permití.
El lunes, él mismo eligió el color, así que buscamos cosas de color verde que meter en el tercer bote. Su sentimiento ante este color fue -contento-
El martes estaba deseando buscar cosas de color azul. Ante este color no supo decirme qué sentía.
Y por fin llegó el miércoles, digo por fin porque cuando le dije que había que buscar cosas negras dijo -por fin el negro- (hay que reconocer que este color es el gran prohibido en el cole, pero esto es otro tema) Cuando hubimos acabado hicimos una foto a los botes. El negro le hacía estar contento.



Posteriormente Jaime se enfadó, no se por qué extraño motivo había generado en su cabeza la idea de que ese día ibamos a abrir los botes y sacar todo lo que habíamos metido.
El viernes fue el gran día, cuando llegué a casa a la hora de comer le conté que me había encontrado un muñeco por la calle que no sabía dónde vivía, cómo se llamaba, ni nada, así que me lo había traído a casa para ayudarle.



El muñeco le gustó mucho, -es un monstruo- dijo. Tampoco él sabía lo que le pasaba, -está nervioso- comentó.
Posteriormente le enseñé el cuento y encontró el parecido. Lo leímos.
Durante la lectura sonrió y exclamó -¡nosotros tenemos esos botes!-
Nada más acabar la lectura le pregunté por el muñeco y decidió quitar los hilos de colores para que no estuviera hecho un lío. 

Estas actividades y otras posteriores son las que realizamos en torno a El monstruo de colores, un cuento de Anna Llenas por medio del cual se descubren cinco emociones. Un cuento sencillo en el que un simpático monstruo y su amiga nos cuentan las cosas que hacemos cuando sentimos alegría, tristeza, miedo, rabia y tranquilidad.
Muy recomendable.


2 comentarios:

  1. Me encanta este cuento y este monstruo... Los niños de mi clase son fans suyo y los de yoga también.
    Pregunta a Aaroncillo.

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  2. Me encantó la forma en que se lo presentaste, yo hace poco que lo conozco y tengo pensado hacer uno para mis mellis, para colocarlo junto con algunas otras cosillas que pondré en un rinconcito especial para que se tranquilicen o se den cuenta de sus emociones cuando se peleen o estén contentos o tristes, etc. Me gustó mucho tu idea, hoy les mostré el libro hablado que encontré en internet, así que alguna idea ya tienen, veré cuál será la forma de presentárselo.

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