-Las estrellas se apagan-dijo el Hermano Gris, olfateando el viento del alba-. ¿Dónde dormiremos hoy? Porque desde ahora vamos a seguir nuevas pistas.
Bueno, pues ha llegado el día, ese que tanto esperaba o ese que esperaba que no llegara (depende del día y del momento, los cambios nunca han sido lo mío)
Hoy comienzo una nueva etapa profesional en la que seguro voy a encontrar personas que enriquezcan esta afición por la literatura infantil, ya lo iré descubriendo.
Hoy me siento Mowgli a su llegada a la aldea del hombre, a su llegada a lo desconocido.
Me refiero al Mowgli de un libro magistral que tanto niños como adultos deberían leer alguna vez en su vida, libro titulado "El libro de las tierras vírgenes" (no espereis encontrar la historia de Walt Disney, poco que ver) Libro que recomiendo para niños a partir de 8-9 años.
En dicho libro escrito por el genial Rudyard Kippling, se narra la historia de un niño que tiene que adaptarse a la selva desde muy temprana edad, de los animales que en ella habitan y de las relaciones entre todos ellos.
Al igual que en el libro todos nos tenemos que adaptar a distintas situaciones y de nuestra predisposición a ello depende en gran medida nuestro éxito.
Esta entrada quiero dedicarla a este genial libro, que me ha acompañado desde mi niñez, y a través de él agradecer, en mayor o menor medida, a los que hasta ayer fueron mis compañeros, aquellos que han contribuído a mi adaptación a la selva que, hasta ayer, fue mi casa.
Oficialmente no es una despedida, sino un hasta pronto, pero he de deciros que de todos y cada uno de vosotros he aprendido algo que llevaré siempre conmigo (y sí, Ruth, de todos y cada uno)
He tenido el placer de coincidir con Raksha, Baloo, Bagheera, y alguna que otra Kaa, por desgracia me encontré con Tabaqui, pero de esto también se aprende, y descubrí las cosas verdaderamente importantes.
Gracias Sonia y Noelia por estar ahí;
Gracias Héctor por tu sencillez;
Gracias Diana por escuchar, y por qué no, por preguntar;
Gracias Eli porque me has hecho sentir importante (aunque no te lo haya dicho, lo has hecho);
Gracias Rosa porque tienes la virtud de que las personas confiemos en lo que hacemos y en cómo lo hacemos.
Gracias Sofi, Hermana Gris;
Y a Ruth... qué decirte Ruth que no sepas, aunque no lo diga... simplemente gracias, gracias por todo (que es mucho)