El otro día estuve pensando y concluí:
¿realmente las mamás de esos blogs que leo, en serio no se enfadan, ni gritan, ni castigan a sus hijos? Es todo tan rosa..., tan tranquilo..., tan a su ritmo...
¿realmente las mamás de esos blogs que leo, en serio no se enfadan, ni gritan, ni castigan a sus hijos? Es todo tan rosa..., tan tranquilo..., tan a su ritmo...
Supongo que, como todo, irá con el carácter de la persona, aunque yo nunca me he considerado ni especialmente nerviosa, ni especialmente tranquila.
¿En serio soy la única que se enfada, grita y castiga a sus hijos?
Entonces estuve echando un vistazo a mi blog y... ¡parece tan dulce...!
Normalmente escribo las entradas después de contar un cuento, es decir, un momento de calma; o tras realizar una actividad relacionada con algún cuento o que me evoca alguno de ellos, es decir, un momento de calma; o acto seguido a la visita de la biblioteca, librería, es decir, un momento de calma...
Hoy esta entrada la escribo en caliente (grrrr) y realmente no me aguanto.
Yo... Sí, me enfado con mis hijos, y les grito, y les castigo. Soy una Madrechillona
Pero ante todo les quiero.
PD. Qué cierto es eso de que hay que calmarse antes de decir las cosas (o escribirlas como es el caso)