Con lo que le gusta a Jaime la naturaleza y teniendo en cuenta que últimamente una de sus actividades favoritas es la de sembrar semillas, afición que ha contagiado a sus hermanos, sabía que este libro era una apuesta segura.
El árbol de la escuela narra la historia de un árbol (no podía ser de otra manera), un árbol que se encuentra en el patio de una escuela cuyo aspecto deja bastante que desear era delgaducho, con ramas finas, como de alambre, y tenía unas pocas hojas secas.
La historia comienza cuando uno de los niños decide, al ver su aspecto, abrazarlo. Como consecuencia de este bello gesto una hoja nueva brota en el árbol.
A pesar de que la maestra recomienda no tocar el árbol para no estropearlo, este niño no deja de pensar en él.
El resto de la historia es maravillosa y con un final feliz (un mal fin era impensable)
Leyendo este libro comencé a pensar, ¿y si fuera una persona? ¿si fuera un niño?
¡Qué importante es que un niño se sienta querido!
¡Qué importantes son las muestras de cariño en el crecimiento afectivo de los niños!
Hacedles y haceos un favor, decíos
¡Te quiero!
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